Croacia, aunque pequeña en tamaño, alberga una inmensa riqueza cultural y artística que se extiende a lo largo de siglos. Desde el majestuoso Anfiteatro de Pula hasta el imponente Palacio de Diocleciano, el país es un museo al aire libre, con una historia que ha dejado huella en sus ciudades, castillos y monumentos. Sin embargo, pese a este vasto legado, el panorama para los artistas contemporáneos no es tan alentador.
"Croacia está llena de artistas, escultores y poetas de primer nivel, pero carecemos de suficientes espacios de exposición", comenta Andrea, una destacada artista croata que ha visto de cerca las dificultades de mostrar su obra en su propio país. Las galerías y museos, aunque escasos, son muy codiciados y los artistas pueden pasar años esperando para conseguir un lugar donde exponer. "Este es un gran problema para el crecimiento y visibilidad del arte croata", señala.
Andrea Stanic, quien recientemente fue galardonada con el premio Mujer Croata Influyente en el Arte y la Cultura 2024 por la Red de Mujeres Croatas, ha aprovechado su creatividad y perseverancia para llevar su arte más allá de las fronteras nacionales. Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, Andrea utilizó las redes sociales para conectarse con artistas y organizaciones internacionales, lo que le permitió participar en concursos y exposiciones de arte en todo el mundo. "Mis logros han sido reconocidos fuera de Croacia, pero aquí, solo se valoran las exposiciones físicas en el país", confiesa.
A pesar de la falta de reconocimiento inicial en su tierra natal, su tenacidad la ha llevado a obtener reconocimiento internacional. "Fui la primera artista de Croacia que logró abrirse paso en el arte contemporáneo mundial gracias a mi participación fuera del país", comenta orgullosa. Además, Andrea es presidenta de Croacia para CIA-Art bajo los auspicios de UNOTA y UNESCO, y ha organizado una exposición internacional virtual para conectar a artistas croatas con colegas de todo el mundo.
"Quiero que mis compatriotas artistas tengan más oportunidades en el extranjero", afirma, refiriéndose a las dificultades económicas que enfrentan los artistas en Croacia. Con la inflación en aumento, la inversión en arte es limitada, y muchos artistas deben costear los materiales, la promoción y las exposiciones de su propio bolsillo. "Es triste ver cómo el arte, que es la cultura de la vida, se enfrenta a tantos obstáculos", reflexiona.
Andrea defiende firmemente que el valor del arte no debe estar determinado por títulos académicos. "No me gusta que un académico subestime a un artista aficionado. Muchos tienen títulos, pero no saben usar un pincel porque no les interesa pintar", agrega con sinceridad. Para ella, lo que realmente importa es la capacidad de crear, independientemente de la formación formal.
Con su pasión por el arte y su amor por su país, Andrea tiene una visión clara: organizar una exposición colectiva en Croacia que permita a los artistas internacionales conocer la riqueza cultural de su tierra. "Me encantaría que ustedes vinieran a presentar sus obras y conocieran mi hermoso país, sus monumentos culturales, su gastronomía y la belleza natural que nos rodea", concluye.
Con la esperanza de que Croacia siga abriendo sus puertas al arte global, Andrea continúa trabajando para que los artistas croatas puedan compartir su talento con el mundo y, al mismo tiempo, dar a conocer el tesoro cultural que es su país.